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Losing your way...

lunes, 29 de noviembre de 2010

Capítulo 4


Encantamiento Maldito

Capítulo 4: Caricias bajo las sombras.



La cabeza me daba vueltas, era la primera vez desde hacía tiempo que me emborrachaba de esa manera. Siempre se suele decir que es para ahogar las penas, bien, ahí me di cuenta que las mías saben nadar. Caminaba por las calles desiertas en las que olía a humedad. Estaba sola porque ya me había empezado a aburrir, después de haber arreglado las cosas con Patri, Carmen y Olivia las había vuelto a dejar tirada. No quería que me viesen mal, aun que en realidad es que no tenía ganas siquiera de verlas. El color de las farolas hacían que mi cabeza diese vueltas. 
Estaba mareada, la piedra estaba ahí esperándome justo en esa esquina, tenía todas las de la loto para caer embarrada en el suelo. Y ahí estaba yo, tirada en el suelo, con la mirada perdida... Tres días sin ver a Cristian, no se cuanto tiempo sin saber nada de Carla. No podía con esta agonía. Alguien había dejado tirada una botella de cerveza, ¿Cruz Campo o San Miguel? El envoltorio era rojo así que supuse que era de la primera. El interior de la botella olía a rancio. El viento sopló fuerte, me aseguré de que nadie venía.
!Zass! Rompí la botella sin dudar, no quería una vida llena de agonía y los pensamientos se agolpaban demasiado. Me dije que acabar rápido sería lo mejor, la cobardía podía conmigo. Nada de lo que pasaba era normal, pero... ¿Qué era para mí la normalidad? El sonido al romper fue estridente, cogí el primer cristal que cruzó mi mirada.
Miré el cristal marrón y el cristal supongo que me miró a mí. No quería que ese inocente trocito de plástico duro se culpara por aquello, así que decidí asegurarme de que oyera que no era su culpa.

-No quiero esta vida...- susurré.

Acerqué el trozo afilado a mi muñeca, que original ¿verdad? En esos momentos no sé exactamente qué ocurrió pero el viento comenzó a soplar como si me quisiese gritar. Y sentí unas gotas caer del cielo oscuro y denso. Miré hacia arriba en busca de alguna estrella, alguna señal que me proporcionara seguridad para no cometer esa gilipollez. El cielo estaba negro, no había ni un misero satélite, solo la maldita lluvia que hacía que mis piernas se congelaran bajo aquellos pantalones vaqueros. 
Las finas gotas se convirtieron en gruesas y el viento hizo que mi pelo se echara hacia delante tapándome la visión, decidí que eso era lo mejor. Con valor volví a mi posición original y el cristal, infectado cruzó mi brazo  izquierdo de arriba a abajo, lentamente, para que pudiese saborear el dolor. Cuando por fin iba a acabar unos pasos resonaron de tras de mí, suaves, contoneándose al compás de la lluvia.

-Sabía que no te podía dejar sola...- me gritó desde mis espaldas.

Eso hizo que me sobresaltara y soltase el cristal de mis manos y se hiciera añicos en el suelo. Me giré repentinamente, demasiado rápido. Porque lo encontré a justo 4 centímetros de su cara. Sus ojos me miraban de una manera tierna, casi pude descifrar que con algo de sorna.

-¿Qué haces aquí?¿Es que tienes algún tipo de G.P.S?- le pregunté nerviosa y aturdida, la sangre salía muy deprisa de mis muñecas y escocia mucho.
-Más o menos.-Respondió con una sonrisa.- Alejandra, Alejandra, que dramática eres ¿eeh?- se burló el miserable.
-Piérdete idiota...- grité con todas mir fuerzas muy enfadada.

Intenté levantarme, pero caí encima de él, fue una sensación tan... Tan inexplicable. Su mano tocaba mi herida sin pudor, como si la pudiese sanar. No me molesté en mirar allí, mis ojos seguían fijos en los de él. Estábamos tirados en medio de la cera de una esquina, la lluvia no cesaba y el paraguas azul de él había caído en algún lugar donde quedaría perdido. Y pasó, nuestras bocas se acercaron lentamente, el mundo se paró y el olor de humedad se mezcló con el de menta. Sus labios suaves rozaban los míos, ese pequeño beso hizo un antes y un después... Un comienzo y un final... Algo que quedó entre él y yo, donde nada ni nadie pudo intervenir.

Fin del capítulo 4

(es un poco corto, pero es una semana complicada, intentaré subir algo más... =) Gracias por leerla =))
Publicado por Ana=) en 15:18 3 comentarios

lunes, 15 de noviembre de 2010


Encantamiento Maldito

Capítulo 3: Palabras silenciosas.




``Es... Es perfecto. Lo adoro... C&C``
``Es bastante extraño cuando estamos solos... Pero realmente creo que estoy enamorada de él ^^``
``No puede ser... ¿Por qué? Demasiada perfección... Es imposible...Me dijo cosas tan bonitas. Maldito bonachón amargado... MALDITO ENCANTAMIENTO MALDITO. Maldita sea la vida``
``He decidido no guardar rencor... Solo guardar silencio, un silencio grande y muerto por dentro. Cumpliré con esto, quizá el dolor me gane y no pueda continuar pero... Prometo por él llegar hasta el final.``


Esas fueron las únicas frases que pude descifrar de aquella letra tan nerviosamente escrita. Dios, lo único que entendí fue que la culpa de todo fue de él. ¿Qué coño era eso de encantamiento? No, la confusión hizo en mi cabeza un coktel. El lúnes me levanté rabiosa, no entendía por qué lloraba, lloraba mi corazón y estaba segura que esas lágrimas no eran pura coincidencia, esas lágrimas de color grisáceo, que recorrían el mismo camino, manteniendo siempre un final silencioso pero no por ello menos doloroso. 
El camino se hizo duro, parecía más largo que de costumbre, llegué al instituto. !Joder! No había nadie, solo Olivia y Patri. No tenía demasiadas ganas de hablar pero nadie podía enterarse.

-!Heey! ¿Cómo ha ido ese fin de semana?- les pregunté fingiendo interés. Debí de ser actriz, hubiese tenido futuro.
-Bastante bien. Te perdiste una... Toda la gente preguntó por ti... ¿Dónde mierda te metiste?- me preguntó Olivia con curiosidad y algo de enojo.
-Estuve en mi casa, ya sabes necesitaba estar sola.- les dije para conformarlas.
-!Tía! Últimamente pasas de nuestra cara. En serio, si quieres irte con otra gente no hace falta que nos lo ocultes...- me reprochó Patri.

Bien, empezaba muy bien el día, mis amigas de toda la vida no me hablaban y no me dejaban lugar a réplica. Necesitaba un hombro en el que apoyarme sin que me preguntaran un por qué, sabía que eso no iba a ser. 
Me salté todas las clases buscando a Cristian, no apareció. Tenía miedo, no a él, más bien a lo que le podría haber ocurrido. Estaba en el patio a punto de fumarme un cigarro. Lo había dejado pero la ansiedad me mataba. Era cuarta hora y estaba en el mismo lugar esperándole, mantenía la esperanza de que llegaría.
Cuando encendí el mechero color rosa púrpura unas gotas rozaron mi frente. Empezó a llover como nunca lo había hecho. No podía ser, era un día soleado. No supe el motivo pero las gotas de agua se confundían con las lágrimas de mis mejillas. La impotencia me ganó. Pensaba quedarme ahí hasta que ese tipo llegase, el día se hacía más oscuro y los relámpagos no tardaron demasiado en aparecer.
El viento soplaba fuerte, como si me gritase que me alejara, lo le hice caso. 
Los minutos parecían eterno y el silencio reinaba en el patio. Unos pasos se acercaban por detrás, eran lentos, pausados y tranquilos. No hacía falta volverse.

-¿Por qué?- mi voz se partió en dos, y más que una exigencia pareció una súplica.
-Olvídate de todo. Vive tu vida.- susurró entre el diluvio, lo recuerdo con tanta nitidez. 

Se acercó a mí y se colocó a mi derecha, volví la cara. No quería ver su hermoso rostro, no quería ver la realidad. Un dolor permanente hizo acto de presencia en mi corazón, un dolor intenso que aún perdura. Me costaba respirar. De momento las lluvia ya no chocaba contra mi piel, un paraguas me refugió y su brazo se aferró a mi espalda.

-Aléjate de esto...- me suplicó en mi oído.
-Es que no entiendo nada... Necesito respuestas.- le solté de repente, giré la cara bruscamente y tropecé con esos ojos color esmeralda, su mirada era penetrante y me fijé en que la tristeza era más que notable en ellos.
-Eso no es una necesidad. Déjalo pasar...- volvió a suplicar murmurando. Su aliento era tan suave...
-No sé qué es lo que pasó Cristian, pero no creas que me voy a quedar sentada mientras veo como Carla se va.- sentencié con una única lágrima brotar de mi ojo izquierdo, todavía puedo sentir esa calidez luchando contra la humedad de mi mejilla.

Nadie dijo nada más.El silencio se hizo eco entre nosotros. Tan cerca y a la vez tan lejos. Decidí seguir mi camino. Corriendo llegué a mi casa, empapada, adolorida en el interior de mi alma. Una pena tan lamentable ver como un ser tan maravilloso se hunde en la miseria. No sentí compasión por él, pero si tristeza. No sabía por qué pero tuve la sensación de que en esa conversación hubo muchas palabras silenciosas llenas de agonía y tampoco supe por qué pero a día de hoy  no soy capaz de entender cómo llegué a comprender ese dolor.

Fin del capítulo 3.
(Espero que os guste!!, intentaré poner uno más esta semaniita! =), besitoos)
Publicado por Ana=) en 13:56 2 comentarios

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Capítulo 2

Encantamiento Maldito.
Capítulo 2: Lágrimas de despedida.

Los 2 día siguientes no pude dejar de pensar en aquello... Quiero decir, en aquel encuentro tan... Tan extraño.

Me gustó, para que mentir. Los días siguientes seguía pasando de las clases a esa misma hora en ese mismo lugar, pero el chico no aparecía. Quizá lo había malinterpretado todo. El viernes pensé que si no aparecía ese día no volvería a ir allí para encontrarlo. Así que motivada, pasando un poco de los cotilleos de que si Edurne, Carla, Cristian... Como que no le prestaba ya mucha atención y mis amigas me notaban rara... Total, llegué allí pero para mi sorpresa quedé petrificada al ver una melena rubia y luminosa que brillaba al compás de los rayos del sol. !Carla! era Carla, la que no aparecía desde hace un par de días. Preferí intentar escabullirme silenciosamente pero no pareció dar resultado. 

-¿Por qué  no me acompañas Alex?- me propuso con una voz extraña que hizo que mis vellos se pusieran de punta.
-Emms... Bueno, vale...- realmente no quería pero... Me caía bien.

Pasamos unos minutos en silencio, el día era frío, se empezaba a notar la llegada del invierno. No me fijé hasta pasado un tiempo en la cara de Carla. !Dios! Su maquillaje esta corrido, sus ojos hinchados y su mirada estaba perdida en el más allá.

-!Carla! ¿Qué...?¿Qué te ha pasado?

Silencio, no contestaba y el viento soplaba más y más fuerte, el pelo de ambas cayó hacia atras.

-Sé que no somos las mejores amigas pero...
-¿Crees en Dios?- me preguntó con los ojos apunto de estallar en un mar de lágrimas.
-Emms... Bueno... Eso es muy relativo. Yo... ¿A qué viene eso?- le pregunté desconcertada.
-Yo sí...- susurró lentamente, como si estuviese lamentándose.
-Carla, puedes contar conmigo...- le apoyé mirándola de una manera incrédula.
-Soy tan estúpida...- fue lo único que dijo.

En esos momentos pensé que se pondría a llorar. Me equivoqué, seguía impasible. Como si su cara fuera un muro de metal. No sabía que hacer.

-No hace falta que digas nada...- me dijo para no hacerme sentir culpable.- Esto se acaba, mi tiempo a terminado...
-!Me estas asustando Carla! ¿Qué coño te pasa?- le grité levantándome y la cogí por los hombros para incorporarla junto a mí.

Me quedé pasmada, su cara... Sus ojos, el color era... Sus ojos eran morados. ¿Acaso usaba nuevas lentillas? Su piel esta fría y me miraba de un modo incomprensible.

-No te asustes. Solo espero que no caigas donde yo lo hice porque no te podrás levantar...- me advirtió con una triste sonrisa.
-¿De qué hablas?- mi confusión era tal que tenía ganas de estrangularla para que lo soltase todo de una vez
-Solo te digo que no todo es lo que parece. No todos los ángeles son de color puro. No temas por mí, sé mi destino y nadie lo puede parar. Ni si quiera él...

Acto seguido me abrazó, un abrazó doloroso y roto. Sin poder soportarlo eché a llorar, sentía que algo se me iba. La impotencia acorralaba mi alma. En ese momento la sencillez que tenía por vida se esfumó. Sin mediar palabra se marchó, eso es lo último que supe de ella. En el instituto nos dijeron que se había mudado pero yo no les creí. No les creí porque en esa tremenda despedida Clara se dejó algo muy importante. Su mochila. No sé a día de hoy si lo hizo a posta o su cabeza no daba para más pero... Gracias a aquello pude concienciarme de lo que me esperaba. Solo espero que de donde quiera que estés Carla, estés bien.

Fin del capítulo 2.


(Hola, siento haber tardado tanto pero es que digamos que tengo que estudiar xD... Lo que es verdad, para el viernes por ahí colocaré el tercero! Gracias por todo =))
Publicado por Ana=) en 14:03 2 comentarios

lunes, 1 de noviembre de 2010

Capítulo 1

Encantamiento Maldito

Capítulo 1: ¿Granos de café?¿Por qué?



Hacía exactamente 15 años desde que llegué a este mundo, puede parecer un poco trágico pero en esos momentos mi vida no era un dulce muy dulce, más bien era un dulce con sabor pasado. Puede ser que no  conociese la felicidad pero entonces podía tomar las riendas de mi vida. Nunca me arrepentiré de haberlo conocido pero si no lo hubiese hecho seguramente no estaría haciendo esta estupidez.
Iba de camino a el instituto, no tenía ni la más mera idea de lo que me tocaba la primera hora lo único que ocupaba mi mente era la siguiente paradoja "¿Por qué los aviones en la oscuridad no pueden tener la misma función que las estrellas fugaces?"
Me preguntaba una y otra vez mientras me aproximaba a la entrada de aquel antro donde nos obligaban a "estudiar" qué pasaría si le pidiera un deseo a un avión, realmente hubiese sido algo bastante gracioso.
Respiré profundamente para adentrarme a las puertas de hierro color metal. Me gustaba ir sola por el camino, no le tenía miedo a la soledad y me dedicaba tiempo a mi misma para comprenderme.
Valoraba a mis amigos pero no pensaba que la amistada fuese una relación empalagosa, puede ser que me perdiera las mejores fiestas pero yo me conformaba con ese estado tan decadente.
Me encontré con Olivia, gracias a Dios, sino no hubiese sido capaz de recordar que teníamos en el aula 24, tecnología. Una vez en la puerta nos pusimos a charlar o más bien cotillear, una cosa es que mi vida fuese penosa y otra muy distinta que la curiosidad no se apoderara de mi alma.

-La verdad es que me lo esperaba todo menos eso- me dijo bastante "afectada".
- ¿Pero qué a pasado?- le pregunté con una gran curiosidad.
-!Ay! Desde luego que Alex realmente no te enteras de nada- me reprochó, que culpa tenía yo de vivir a pensión completa en mi mundo.
- Es sobre Carla...-Me susurró mirando hacia todos los lados, !Carla! La chica más "popular" que a parte de ser super guapa era inteligente, buena en deportes y muy buena persona, me caía bastante bien y no me agradaba que le hubiese pasado nada.
-Resulta que su enamorado ya no esta tan enamorado...-no hacía falta concretar más, ya lo había pillado todo.
-¿Me estas confirmando que Cristian le ha puesto los cuernos a nuestra Carla?- pregunté para asegurar.
-Como lo oyes. Por lo visto en la fiesta de una de las amigas pijas de Carla, Edurne, Cristian se enrolló con la anfitriona, o sea que... !Se enrolló con Edurne! Por lo tanto...
-Se aproxima una guerra fría ¿no?- terminé por ella.

Seguimos hablando de lo mismo y Carmen y Patri se unieron, ellas son mis amigas amigas. Somos 4 y nadie ni nada nos podía separar, todo en esa época era muy fácil. Por otro lado Carla era una vecina mía, me llevaba muy bien con ella pero cada una tomó su camino, digamos que ella prefirió entrar a la "Elite" del instituto y yo escogí quedarme con las amigas de verdad. Durante las 2 primeras clases mi cabeza no paraba de dar vueltas. Cómo se habría atrevido Cristian a hacer semejante idiotez. No paraba de decirme que Cristian se creía un dios solo porque fuera guapo, no me caía para nada bien, digamos que estaba en un curso avanzado al de nosotras pero su edad mental era la de un crío de 5 años. Es verdad que todas y alguno que otro muere por sus babas pero de verdad a mí, en esos momento, nada más pensarlo me repugnaba. Y Edurne anda que también iba a tener dos dedos de frente y lo iba a parar... Que va, con tal de comerse la boca con el y a la misma vez tragarse las babas de Carla y unas cuantas más traicionaría a su misma madre.
¿Que decir?, el instituto funciona así ¿no?
A tercera hora decidir pasar un poco de Plástica y dedicarme a leer un poco en el patio trasero del instituto. Una de las cosas por las que la mayoría de las veces me quedaban la mitad de las materias era por la gran falta de asistencia pero qué iba a hacer yo, en aquel entonces necesitaba sentirme libre de vez en cuando.
Leía "E beso del vampiro" de Lynn Raven, gran novela y novelista. Cuando estaba más metida que nunca en el papel de Dawn una piedra aterrizó en mi cabeza. Me dí la vuelta rápidamente y me quede K.O cuando vi a Cristian sonriendo de un modo malévolo.

-Ujum... Ujum... Podrías meterte la piedra por donde ya sabemos,¿cierto?- le dije bastante avergonzada, vale que fuera gilipollas pero eso no quitaba que fuera extremadamente guapo.
-!Uy! !Qué carácter!- me dijo con otra sonrisa nueva, Dios ese hombre no podía ser un humano de carne y hueso.
-¿Te podrías largar?- le pregunté algo insolente, ya que mi manera de defenderme de esos ataques encantadores era el ser borde.
-¿La verdad? No. No me apetece tener que dar ciertas explicaciones a la gente...- me dijo no muy seguro y se sentó al lado mía, !Qué bien olía!
-Eres...
-¿Encantadoramente encantador?- su ironía estaba tocando mi fibra.
-Estupidamente estúpido- le confirmé y me adentré en el mundo de Dawn.

Unos minutos de silencio bastaron para que el baboso no pudiera contener más la saliva.

-Bien y... ¿Cómo te llamas?- me dijo como quien no quiere la cosa.
-Como a ti no te importa- le dije con una mezcla de rabia y nervios.
-Peculiar nombre. !oye! ¿Te gustan los granos de café?- me preguntó.
-¿Qué?- mi cerebro se quedó parado, no estaba acostumbrada a tanta pregunta estúpida.
-¿Te gustan si o no?
-Bueno creo que sí- le respondí con un desconcierto impresionante.
-Lo sabía, eres como ellos, agriamente dulce.

Y pitó el timbre que anunciaba el recreo, lo que me dijo verdaderamente no tenía mucho sentido pero... Dijo que era dulce y no sabía por qué pero me gusto tal cumplido, si se le puede llamar a eso así. Y no sabía por qué pero en mi mundo de oscuridad un pequeño rayo solar hizo aparición. Ese fue... ¿Cómo decirlo?¿El principio del fin? Sí, creo que sería lo más aceptable... Lo único que recuerdo ese día fue que cuando llegué a casa y como siempre me encontraba sola; me tomé 2 tazas de café negro y para mi sorpresa, quedé con ganas de más.

Fin del capítulo 1.

(Gracias por todo este gran apoyo, realmente me gustaría que la gente pudiera deleitarse con esta pequeña GRAN historia, que tengan un buen día y pronto pondré el segundo capítulo)(Solo una pequeña anotación: Nada es lo que parece) Besos.
Publicado por Ana=) en 9:19 6 comentarios

domingo, 31 de octubre de 2010

Encantamiento Maldito...

Prólogo:

                   


Las letras parecen ser escritas por sangre... El dolor no sabe como pensé. 

Mil preguntas y ninguna respuesta... ¿Tan cerca estas? ¿Por qué no contestas? ¿Por qué no vienes?...
Sabes que te necesitaba y necesito, pero aun así ignoras cada súplica hecha. Lo único que sonaron de tus labios fueron las simples palabras ``Nada es para siempre``... Mi mente no sabe que pensar, ¿Por qué no vienes? Por más que busco nunca te encuentro... Al principio dijiste que sería para siempre y que de lo imposible nace la posibilidad, entonces... ¿Qué haces que no vienes a mí? Mi existencia no tiene ningún sentido, cuando acabe este triste relato déjame seguirte...
Nadie sabe que podrá pasar mañana pero yo quiero amarte hoy. En las noches puedo sentir tu mirada sobre mi espalda, ¿te ocultas?, ¿por qué?... Incluso a veces puedo llegar a apreciar tus dedos sobre mi hombro, tocándome sutilmente, rozando lo indebido.
Sé que estas ahí, solo quiero poder mirarte a los ojos y decirte lo mucho que extraño tu voz, tus labios y las caricias que me dabas cuando solo la luna podía ser testigo de este amor.
Si no quieres quedarte aquí, déjame entrar en tu mundo... No me importa como sea, solo quiero estar contigo... 


(Mañana primer capítulo)
Publicado por Ana=) en 15:53 6 comentarios
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Hola, soy Ana y esta es la pequeña GRAN historia que me apetece contaros y que espero que os guste... Buscas misterio, amor, pasión, desolación, dolor... Pues este es tu lugar, mejor dicho NUESTRO lugar. Pero shh! No te preocupes, nadie tiene porque enterarse ¿cierto? ;) Ahora, también comparto una pequeña gran historia sobre la vida cotidiana, lleno de risas, lágrimas y amor (pero sobre todo risas). Y claro, dicha historia tendría que tener una estupenda autora, Livia, alias MISS HAPPY!:)
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